Resumen |
Mucho tiempo atrás existió un jardinero llamado Castaño Pino Naranjo, conocido en toda la comarca por su abono que hacía crecer las plantas como ningún otro.
En el mismo pueblo vivía la princesa Florita Florinata, cuyas largas pestañas parecían dos plumeros de seda sobre sus mejillas.
Un día el carruaje real pasó frente a la casa de castaño.
Si ellos no hubieran visto, este cuento no exixtiría.
Pero se vieron.. |