Resumen |
Cada ángel tiene una tarea muy precisa. Algunos son encargados de cuidar a los hombres para ayudarlos en la lucha contra los demonios, protegerlos en las dificultades de la vida y orientarlos hacia el bien. Cada ser humano, desde el día de su nacimiento, es confiado a un ángel de la guarda. Éste tiene como tarea específica cuidar a su protegido, por el cual deberá responder ante Dios. Naturalmente, la acción del ángel de aquel que no cree está muy limitada, porque el ángel no puede violar la libertad de la persona que tiene bajo su cuidado. La acción del ángel de la guarda en nuestro favor será directamente proporcional a la confianza, al entendimiento que tuviéramos con él. Quien no cree en la realidad del ángel de la guarda, quien nunca habla con él y nada le pide, no puede obtener muchos beneficios, porque con su conducta cortó los canales de comunicación con su ángel. Quien, al contrario, vive en estrecha comunicación con su ángel de la guarda, encuentra en su ángel de la guarda, encuenra en él un amigo preciosísimo y poderoso que le puede ser extremadamente útil" (fray Pío de Pietralcina) |