Resumen |
Santos Chávez su padre era huinca y su madre era hija de una mujer mapuche y un náufrago escocés, fue el menor de siete hermanos y junto a su familia vivía en el pequeño poblado de Canihual, en la provincia de Arauco. Su vida fue difícil, desde pequeño trabajó como pastor de ovejas y la pronta muerte de sus padres lo dejó en el más triste desamparo. A los 14 años se fue a Concepción con la idea de trabajar y estudiar, motivaciones que desarrolló solo y que lo llevaron más tarde a realizar sus sueños. Rodeado por artistas consagrados como David Alfaro Sequeiros, Julio Escámez, Gregorio de la Fuente y Xavier Guerrero, Chávez descubrió y desarrolló un gran interés por el arte.
A la edad de 24 años, entró a la Sociedad de Bellas Artes de Concepción y así comenzó un largo camino artístico en el que siempre estampó sus vivencias de infancia y el amor por la tierra, por su tierra del sur de Chile, junto a la cordillera de Nahuelbuta. Tras pasar por el taller 99 de Nemesio Antúnez en Santiago, el taller Fray Cervando en México, el taller Graphic Center de Nueva York y después por el de Chicago, en 1978 trabajó en el Graphic Work Shop de Estocolmo y ese mismo año se radicó en Berlín.
Entre los variados premios que recibió, destacan el Premio Grace que recibió en 1968 en Chicago y la Mención de Honor en la Casa de las Américas de Cuba, también en 1968.
En el año 1994 regresó a Chile y participó en el Museo de la Solidaridad en donde estuvo a cargo del taller de grabado. En el 2000 fue homenajeado con el premio Altazor y nombrado hijo ilustre de Tirúa.
Santos Chávez falleció el 2 de enero de 2001, pero no así la belleza y la magia embebida en cada una de sus obras y trabajos, que con amor infinito hasta el día de hoy sigue impulsando su esposa y compañera de vida: Eva Chávez, quien es además la Presidenta de Centro Cultural en su honor.
A pesar de que trabajó la acuarela, su máxima técnica de arte fue la xilografía, que consiste en el grabado en madera, caracterizado en su caso especialmente por trazos gruesos y cálidos.
Sus maravillosos grabados se encuentran hoy en los Museos de Arte Moderno y Metropolitano de Nueva York, en la Institución Smithsonian y en los Museos Estatales de Berlín y Nicaragua.
Fuente: Galería Cultural Codelco
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